Construere
El verbo construir nos define, nos define hasta los cimientos, viene del latín <construere>, de la composición de palabras como juntar, unir, amontonar. Somos seres vivos por la unión de nuestras células y todo lo que nos rodea lo constituye millones de partículas microscópicas que, juntas, forman el todo, el aire, el agua, la tierra y el espacio.
¿Pero, que más hacemos con este verbo?
Construimos lazos también, los lazos que nos mantienen en familia, con amigos, parejas, mascotas, los lazos que van dándole sentido a otros verbos como amar, respetar, querer, confiar e incluso sus antónimos.
A nuestra familia no la amamos porque si, aunque te hayan hecho creer lo contrario. Ese amor se construye o no, se trabaja, se mantiene o no, es una estructura enorme que de vez en cuando tambalea, se derrumba y puedes volver a levantar, no lo puedes hacer tú solo, es un trabajo en equipo. Las familias no son obras prefabricadas, la familia es la construcción del lazo, la construcción del respeto, el trabajo diario, la elección diaria, del perdón, del amor propio, de la empatía, del diálogo, de las lágrimas y las sonrisas.
Una pareja no se ama porque si al pasar de los años, aunque te hayan hecho creer que el amor es ciego y para siempre. Una pareja se elige a diario, se construye a diario, con palabras, con abrazos, con atención, con verdades, con disculpas y con pasión.
Una amistad no lo soporta todo, aunque te hayan dicho que debe ser incondicional. La amistad se construye con sinceridad, con apoyo, con atención, con soporte, empatía y respeto a ti y a tus seres queridos.
Somos edificadores, nos construimos a nosotros mismos, con amabilidad, con fuerza, con autenticidad, con nuestras derrotas y nuestras victorias.
Construimos comunidades, compuestas de esas familias, amigos y parejas... con conciencia, diversidad y respeto... ¿Podemos ver la fuerza de esto?
Meditar sobre este verbo increíble, sobre la fuerza de él, me dio claridad. Incluso en un día donde no me apetecía entenderlo, donde daba por sentado el amor de pareja, el amor de y a mi familia. Me hizo ver varios puntos de fallo de mi parte. Para mí todo esto seguía sonando a sustantivo.
No podemos ignorar la importancia de este verbo en nuestras vidas. Como dije al principio, construimos los lazos que nos mantienen en familia, con amigos, parejas, mascotas, los lazos que van dándole sentido a otros verbos como amar, respetar, querer, confiar e incluso sus antónimos. Sí!, incluso sus antónimos.