¿Cómo llamo a lo que no conozco?

Es normal que naveguemos en un mar de ignorancia profundo durante nuestra vida, no vinimos a este mundo a saberlo todo, pero, creo que si podemos permitirnos vivir curiosamente. Desde que tengo uso de razón me sentí una persona curiosa, entrometida, preguntona y fue en la lectura que encontré saciar un poco de esta curiosidad.

Cuando comencé a leer mitología griega fue un antes y un después para mí, ya había leído mitos y fábulas provenientes de otras religiones y creencias, unas más lindas que otras, unas que hacían más sentido en mí, que otras. Pero en la mitología Griega encontré de todo un poco.

Por la celebración del inicio de la primavera por estos lares del mundo, hoy recordé la siguiente fábula que parafrasearé un poco:

Helios, dios del sol, era como todos los dioses un ser hermoso, montaba un carruaje tirado por caballos y sobre él rodeaba una aureola luminosa que simbolizaba los rayos del sol. Helios aparecía por los cielos todos los amaneceres trayendo la luz del día, luego esta luz se la llevaba trayendo con el nuestro atardecer. En la tierra existía una ninfa llamada Clytia, era una ninfa hermosa que estaba perdidamente enamorada de Helios, esperaba hasta el amanecer para verlo llegar y ahí quedaba esperando hasta el atardecer para volverlo a ver. Helios nunca correspondió su amor; sin embargo, a ella no le importaba, ella se quedaba plantada esperándolo todos los días, tanto así que comenzó a echar raíces y se fue convirtiendo en una flor, una flor hermosa que abría sus pétalos con la llegada del sol y los cerraba cuando este se iba.

Esta, como muchas historias de la mitología, es hermosa, algunas ciertamente son crueles; pero es un deleite para la mente y el corazón, leerlas, soñarlas e imaginarlas, los relatos de otras religiones inclusive generan esperanza y paz para muchos. Yo me deleitaba con eso, siempre fui una eterna enamorada de lo desconocido y fantasioso, pero mientras fui creciendo la curiosidad del "¿por qué?", fue pudiendo en mí. Así que una vez investigue: ¿por qué algunas flores realmente abrían sus pétalos al amanecer y los cerraban al atardecer?

Según la ciencia, algunas flores experimentan algo llamado nictinastia, que no es más que la reacción que produce el estímulo de la luz del sol en ellas, es el ritmo con el que se mueven según el sol y les hace cerrar sus pétalos en la ausencia de él.

Con todo esto comprendí que puede que todo en la vida tenga una explicación científica o no. Que durante años preferí llamar a lo que no concia como una historia de amor no correspondido, como la creencia de un dios atorrante que no se fijó en Clytia y nos dio flores hermosas. Pero no podía a través de los años querer quedarme en esta creencia, necesitaba buscar respuestas y darle nombre y apellido a todo esto.

Puede que no todo en la vida tenga una respuesta y puede que prefiera llamar a lo que no conozco de una forma romántica, fantasiosa, agradable para mi mente y mi corazón, puede que muchas cosas queden así, pero otras no.

La curiosidad, que es fundamental para cualquier humano, nos permite darle nombre y apellido a lo que no conocemos, nos permite llenar vacíos en nuestra mente, nos permite alimentar nuestro cerebro, nos permite escapar de los sesgos y nos permite ver las dos caras de la moneda.

Al final del día te puedes quedar con la parte de la historia que te haga más feliz, que te dé paz, con la que te sientas más cómodo. Al final del día puedes ver las flores cerrarse al atardecer e imaginar a Clytia descansando para volver a ver su eterno amor al amanecer.

Palabras Imprudentes

Mucho por hablar, mucho por escribir.

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